Friday 23 de May de 2025
KAYAK | 04-11-2018 12:12

Cómo remar contra viento y corriente 584u

Claves para mantener el rumbo deseado cuando las inclemencias climáticas nos juegan en contra. Consejos para ríos, lagos y cruces de agua. 1j1z3m

Patricio Redman
Patricio Redman 556g26

Ver más autores

Cuanto más dominio del kayak logramos, mayores desafíos enfrentaremos. El viento y las corrientes son dos de las principales variantes que debemos aprender a manejar. En una embarcación propulsada a remo, estos factores pueden complicar –y mucho– un regreso a tierra o un cruce por aguas abiertas.

0228_surfesqui
Leé también
Kayak: el surf ski marca tendencia 2l6b1k

El viento. Es el principal enemigo de una embarcación propulsada a golpe de pala. Al declararse las ráfagas, seguramente perderemos buena parte del equilibrio ya que el tripulante deberá compensar la fuerza del viento. Como es sabido, el viento acelera la formación de la olas y produce la rotura de las crestas. Nuestra posición con respecto a los vientos es, sin lugar a dudas, un aspecto determinante: dependerá del cuadrante del que sople para que nos perjudique o, por el contrario, nos resulte un aliado en nuestra derrota.

Precauciones. Apenas notemos un incremento del viento es preferible acercarse a la costa, remando con la pala bien baja. Ráfagas de más de 20 km/h pueden desviar el kayak lejos de la costa o alejarlo del rumbo. Claro que los kayaks abiertos son más vulnerables a los vientos que los modelos cerrados de travesía. No obstante, en ambos casos hay que navegar de forma prudente y ante el incremento del viento acercarse a la ribera. Con ráfagas arrachadas, aún las de baja intensidad, es preferible detener momentáneamente la remada. Si el viento nos toma lejos de la costa o en algún cruce, nos colocaremos aproados para ganar tiempo y evitar la deriva. En ocasiones, es mejor llegar a tierra navegando de través para arribar más rápido a la zona protegida, es decir con la proa en ángulo al viento de entre de 10 a 15 grados, para superar la ráfaga y el oleaje. Esta posición de bajo perfil brinda estabilidad y además disminuye nuestra deriva, ya que el ángulo crítico del viento se sitúa entre los 30 y 60 grados, tomando como referencia la línea de crujía del kayak.

0123_islavictoria
Leé también
Una vuelta por la otra isla Victoria 5o221g

1104_vientoycorriente

1031_paranadelaspalmas
Leé también
Una vuelta en kayak al Paraná de las Palmas 1v1t8

Cruzar corrientes. Tanto en el mar, como en los lagos patagónicos o en los ríos podemos encontrar corrientes que pueden desviarnos de nuestro rumbo. Si la tenemos a favor de la derrota, nos aliviará la navegación. Ahora bien, cuando la situación es la contraria, el tema puede complicarse. Un kayak avanza a 6 km/h a ritmo de paleo normal. Si la corriente de marea o la de un río se incrementa por encima de esta velocidad, podemos encontrarnos en un problema serio al no avanzar. La estrategia principal es surcar las riberas, donde naturalmente el agua corre más lenta. Navegar efectuando zigzags puede resultar útil en ríos de llanura. Tanto como en los cruces, efectuar un recorrido en forma de arco que nos mantendrá con una derrota más segura y, sobre todo, aproados al oleaje.

0726_paris
Leé también
Juegos Olímpicos París 2024: estos son los kayakistas que representarán a la Argentina 364a3y

Recorridos largos. Cuando se empieza una travesía de varios kilómetros hay que desarrollar una estrategia para hacer frente a la deriva que siempre provoca la correntada, esto implica tomar dos puntos de referencia: el de salida y el de arribo. Por eso es crucial colocarnos en un ángulo correcto de cruce a fin de preservar nuestra energía de remada. Siempre hay que tener presente que la línea recta no es el camino más corto entre dos puntos cuando el viento y el oleaje hacen su aparición. En lugar de intentar remar en línea recta hay que establecer un ángulo, normalmente de 45 grados, enfrentado al viento. Es decir apuntaremos algo más arriba del lugar de arribo, ya que la fuerza del viento nos derivará hacia abajo. Esto se visualiza claramente cuando enfrentamos cruces cortos en lugares con corriente, donde si efectuamos una diagonal tendemos a neutralizar parte de la deriva. Dependiendo de la correntada, el ángulo de la proa puede variar por debajo de los 45 grados. Si al final del cruce estamos muy agotados, conviene variar el ángulo y dejarse llevar unos metros aguas abajo para luego retomar el rumbo y angulo de ferry.

01012_luna_llena
Leé también
Gran experiencia: kayakismo en el Delta con luna llena 2w46s


Nota completa en Revista Weekend del mes Noviembre de 2018 (edicion 554)

También te puede interesar
Qué precauciones tomar cuando se ingresa al mar con kayaks abiertos.

Pescadores perdidos en el mar: el factor crítico del viento en los kayaks sit on top 5t416i

Los arroyos Fulminante y Gambado conducen a la casa del escritor. Desde Tigre son escasos kilómetros y se realizan visitas guiadas.

Remando hacia la casa del escritor Haroldo Conti en el Delta 4a1se

El recorrido se combina con las aguas abiertas del Paraná, donde navegaremos muy atentos. Allí hay riachos ideales para relajarse.

Experiencia en kayak: primera remada de primavera 3x362z

Tanto las manos como los pies hay que protegerlos con guantes y botitas de neoprene, los mitones  que se sujetan al  remo también sirven.

Todos los trucos para soportar el invierno a bordo de un kayak 4p2u5v

En esta Nota 6w3y1f

Patricio Redman

Patricio Redman 556g26

Comentarios 572n5o

También te puede interesar 3xz56

Más en
Mirá todos los autores de Weekend