El espectáculo comienza justo antes de LA medianoche. Un helicóptero

Las tradiciones de Bahía, la ciudad más antigua de Brasil 3mb58
sobrevuela la cubierta de la piscina y un hombre desciende por un
cable. Los pilotos de puerto normalmente se embarcan en los barcos al

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zarpar pero, en Burdeos, en la costa atlántica sa, hacerlo por
aire es a menudo más facil.
El puerto de Burdeos tiene otra peculiaridad: justo delante del
muelle en el que atracará el barco hay un puente. Su parte central se
puede elevar para que por debajo pasen al menos los cruceros
más pequeños, como el Europa 2 de la empresa Hapag-Lloyd Cruises. Aunque es a primera hora de la mañana, muchos de los pasajeros están en cubierta para presenciar el espectacular acercamiento al viejo puerto. Este procedimiento se repite en muchos de los puntos en los que se para el crucero desde que sale de la ciudad de Bilbao, en el norte de España, hasta Hamburgo, el destino del viaje en el norte de
Alemania.
Mientras que los cruceros más grandes suelen atracar en puertos
alejados de los centros de las ciudades, este a menudo llega
hasta las urbes, como en Burdeos. Los pasajeros sólo tienen dos días para visitar la ciudad y conocer las regiones vitícolas de los alrededores. Además, cerca de allí, al
sur de la bahía de Arcachón, se encuentra la mayor duna de arena de
Europa, que se mueve cinco metros cada año.
El barco lleva bicicletas a bordo que se pueden usar gratis para
visitar las ciudades. En Burdeos la ruta discurre junto a la
orilla del río Garona, pasa por las imponentes casas y el palacio de
la Bolsa, hasta la catedral. Continúa por la calle Sainte-Catherine,
el principal centro de compras, hasta el Jardín Público.
Este barco de lujo es demasiado grande para determinados puertos,
como el de la isla sa de Belle-Île-en-Mer. En este caso se
traslada a los pasajeros en lanchas hasta la ciudad principal, Le
Palais, el municipio pesquero francés por antonomasia con sus vistas
de postal.
Merece la pena dar un paseo por la ciudadela, que se alza imponente
sobre la localidad. La isla es conocida por sus maravillosos
acantilados, que se pueden visitar en bus, a pie o en pequeños
vehículos motorizados que se alquilan en el puerto.
Para la siguiente parada hay que retrasar el reloj, y eso que Jersey
está más al este. Esta isla frente a la costa sa no forma parte
de Reino Unido pero depende de la Corona Británica. Tampoco forma parte de
la Unión Europea, tiene su propia moneda y en ella a menudo brilla el
sol, en contraste con Gran Bretaña.
El Europa 2 leva anclas a última hora de la tarde y los pasajeros
ven pasar las islas del Canal y la costa sa mientras cenan. La
moda es servir la comida y la bebida de la región por la que
está pasando el barco. Esta noche hay ostras para acompañar la
langosta y el caviar. Unos días después, Amberes lleva especialidades
belgas y, por supuesto, cerveza belga al menú. Este crucero se enorgullece de su cocina en restaurantes como el Tarragon y el Serenissima, en los que se pueden degustar delicias sas e italianas, respectivamente.
El puerto belga está cubierto de nubes y la temperatura desciende,
por lo que se encienden los calefactores del techo y se reparten
mantas. Finalmente en Hamburgo, el puerto de destino, una llovizna típica del
norte de Alemania recibe al barco. No obstante, el recorrido por
el río Elba hasta el muelle junto al nuevo edificio de la filarmónica
es el final perfecto para el viaje, aunque el piloto abandone el
barco a pie en lugar de en helicóptero.
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