Largamos el ancla en las aguas transparentes de la Enseada da Pinheira, un muy buen refugio para quien llega con el trajín de haber viajado desde Rio Grande do Sul, atravesando Cassino, una de las playas más extensas del mundo, sin ningún puerto intermedio ni resguardo. Fueron cuatro días de una navegación complicada e incómoda entre calmas y tormentas, para realizar este tramo de 320 millas. Por seguridad pasamos el Cabo de Santa Marta lo más lejos posible de la costa, a unas 80 millas, lo que nos dio margen para navegarlo en caso de que cambien las condiciones sobre el final del trayecto. Y así sucedió: una seguidilla de chubascos del noreste nos fueron presionando contra la costa, achicando ese margen para derivar mientras nos aproximábamos a nuestro destino. De esa distancia que tomamos por seguridad no sobró nada. De todas maneras, en este viaje contamos con la tan preciada Internet satelital que nos permite obtener actualizaciones del pronóstico meteorológico y estar comunicados siempre, algo imposible de imaginar hace muy poco tiempo y que nos da la posibilidad de anticipar estas condiciones.

El Shogun 43 es un crucero rápido optimizado para navegar de a dos 4s2q61
Ya fondeados pudimos reponer energías y algo de agua potable que un amable vecino nos brindó para abastecernos "sólo dos bidones, da para beber", suficiente para tres o cuatro días más.

Velero Dufour 41: para sentir el barco y el viento 21d5e
Una vida en el agua 2h2w5h
Hace ocho años que vivimos a bordo del Kira-Kira y este es nuestro tercer viaje de crucero por Brasil. Pero esta vez es diferente. Los mellizos dejaron de ser niños y se convirtieron en adolescentes, y Bruno, que en trayectos anteriores era un bebé, ahora tiene 10 años y muchísima curiosidad. Todo ocupa más lugar y ahora convivimos entre diferentes gustos y opiniones. Hay que acordar todo, desde los puertos donde recala, hasta los horarios para usar las computadoras disponibles.
Es un espacio reducido, en condiciones de navegación y con una familia a bordo que tiene que estudiar (por medio de SEADE, del ejército argentino), trabajar y tripular el barco en todas las condiciones. Los mellizos ya hacen guardias con luz diurna, lo que es de mucha ayuda, y también colaboran en la maniobra cuando hay buen clima. Hay que istrar muy bien el espacio para llevar víveres para varios días sin que se echen a perder, el agua potable y la energía para cumplir con las obligaciones. La antena de Internet consume bastante electricidad de nuestras baterías que generamos con es solares, un cargador eólico y un alternador acoplado en el motor principal.

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Bariloche: cada temporada hay algo nuevo, segunda parte 2h1473
Es así que hasta el sol debe ser bien istrado, sino se corre el riesgo de fallar con alguna entrega o faltar a una reunión. Pero esta forma de vida nos da la posibilidad de disfrutar del tiempo libre en familia, de la navegación y por qué no, de cambiar de barrio: conocer otro lugar, otros vecinos, otro supermercado y alguna que otra fuente de agua potable. Además de los bellos paisajes que completan nuestro eventual entorno.
Nunca paramos en clubes náuticos o marinas, salvo que haya alguna reparación que hacer y demande mayor infraestructura, o simplemente no quede otra alternativa por la geografía del lugar. Nos atrae más buscar fondeaderos donde se refugian pescadores, lo que nos permite descubrir lugares desde otra mirada, la de quienes viven y trabajan en o permanente con el mar. Además, esos fondeaderos son generalmente lugares donde históricamente hubo asentamientos. Ya en la carta se observa que hay iglesias en las bahia resguardadas de los vientos predominantes, por lo tanto, poblados y los recursos necesarios para abastecer al barc. También gente sencilla que siempre nos recibe de la mejor manera.
Camino al Amazonas 6r703z
Luego de despedirnos de los pescadores que viven en Pinheira, que nos dieron algunos consejos y señuelos para, durante la noche, atrapar alguna lula (calamar en criollo). Seguimos nuestro viaje a través de naufragios al sur de la isla de Florianópolis, una zona de bajofondos y escarceos (movimientos bruscos del oleaje al encontrarse corrientes opuestas) Lo mejor es esperar una calma y realizar la navegación diurna. Por tal motivo, la proximidad de esta ensenada nos da la posibilidad de aguardar las condiciones para realizar este pasaje. Sólo son unas 15 millas hasta los puentes que unen la isla con el continente, el mástil del Kira-Kira pasa muy ajustado en la bajamar. La altura de los puentes es de 18,5 m con la marea baja, pero ya sabemos que pasa. Sólo unas millas más para dejar caer el ancla en Santo Antonio de Lisboa, un hermoso circuito gastronómico con un pintoresco poblado donde las ostras son el plato principal. Además, el fondo es de muy buen tenedero (capacidad que tiene el ancla para hacer "cabeza" en el lecho) y nos permite descansar sin nada de oleaje. El Kira-kKra flota en la quietud total.
Hace cuatro meses que salimos de Mar del Plata, surfeamos y disfrutamos en La Paloma durante el verano y son pocas las veces que estamos tan quietos en el interior del barco. Parece mucho tiempo de viaje pero nosotros estamos siempre en nuestra casa, sólo cambiamos de barrio. Es así que nos presentamos, somos la familia Meder, del velero Kira-Kira y estamos navegando hacia el Norte de Brasil, rumbo al Amazonas. Por ahora y como siempre.
Nos vemos en la próxima singladura.
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