Viste cuando vas a la fácil y tenés que buscar el pejerrey para una buena foto, para una tapa de revista, para mostrarle a tus amigos o fanfarronear un rato? Bueno, sin dudas que una de las primeras lagunas que se te viene a la cabeza es la Salada Grande de General Madariaga, ícono de la pesca palustre de flechas de plata. Y esta nueva temporada que recién se inicia no fue la excepción: el relevamiento que efectuamos de este espejo entregó ejemplares muy grandes, algunos que rozaron o les faltó muy poco para llegar a los 2 kg. Obviamente, se puede estar pensando en otra laguna con la misma clasificación de matungos.

Siembra de alevinos de pejerrey en cuatro históricas lagunas bonaerenses 2a3iz
Y los memoriosos o los que ya pisamos un buen promedio de edad, traemos a la memoria a Sauce Grande, pero vayamos a lo nuestro. La Salada de Madariaga pasó por varios momentos, algunos de muchísima agua y otros de casi sequía total, lo que llegó a preocuparnos sobremanera porque pensamos que jamás se recuperaría. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario: hace un tiempo volvió y lo hizo de la mejor manera.

Una fiesta de piques con paternóster en la siempre rendidora Cochicó 2p3143
Datos previos 2pv1i
Primero hablé con amigos pescadores, también con algunos guías y, finalmente, con Agustin Sosa, nuevo concesionario del Club de Pesca y Náutica General Madariaga. Realmente, el club está en inmejorables condiciones, con un área de camping muy linda, un salón comedor con muchas comodidades y con varios pejerreyes récord embalsamados, todos superiores a los 2 kg de peso, las bestias de las que hablábamos al comienzo.

100 destinos para disfrutar el fin de semana largo 4h6f44
Equipos recomendados 1kg3g
Para realizar una buena pesca en esta laguna debemos llevar cañas telescópicas o en tramos de 4 a 4,50 m de largo (según el largo de nuestras líneas), reeles frontales chicos o medianos cargados con hilo multifilamento del 0,16 o nylon monofilamento de 0,25 mm. Si optamos por nylon, es aconsejable pasarle flotalíneas el día anterior a la pesca. También se pueden usar reeles de bajo perfil o huevitos, va en gusto de cada uno. En cuanto a las líneas, pueden estar armadas con las boyas que uno tenga o con las que más se acerquen al gusto propio, sólo vamos a recomendar algunos modelos que sí funcionan, como la Cribal 205 cometa, 208 palito desparejo, 220 chupetona o Criterio 30 lágrima alargada, 19 lágrima, 15 cometa larga o, también, las redondas de entre 20 y 25 mm. Respecto de qué colores son los más aconsejables, si tenemos el sol de espalda vamos a ver cualquier color, inclusive los claros (blanco, amarillo limón, naranja o combinado). Si Febo está de frente, es muy difícil distinguir tonalidades y ver la línea, pero tendremos alguna posibilidad extra si usamos color negro o naranja mate, fucsia o modelos combinados entre estos tonos. La carnada por excelencia es la mojarra viva, aunque también podemos utilizarlas saladas, y no descartemos unos buenos filetes de dientudos frescos o coloreados.
Para realizar este relevamiento coincidimos con Fernando Caletti y Mauro Bittolo, dos amigos de innumerables experiencias en salidas de pesca. Enormes aficionados que querían abrir la temporada de pejerrey y, particularmente, hacerlo en esta laguna tan importante. Con Fernando viviendo en el Partido de la Costa no tuvimos más remedio que juntarnos con Mauro en Capital Federal y viajar para encontrarnos todos allá, en la laguna. Arrancamos un lunes muy tempranito por la mañana y, tras una parada técnica para tomar un buen desayuno, llegamos al club de pesca con las primeras luces del día. Fernando ya estaba allí y nos recibió con Agustín, quien muy amablemente ya nos tenía preparado su trucker personal y unas excelentes porciones de mojarras que es posible comprar allí.
Points con buenos piques d463j
Tras los saludos de rigor, acomodamos todos nuestros petates y enseguida nos pusimos en marcha. La mañana se presentó calurosa, sin viento, con una laguna muy baja, o sea... Teníamos todas las mejores excusas por si nos iba mal... Mientras navegábamos fuimos armando los equipos, poniendo las mojarras en un balde portacarnadas y observando adónde nos llevaba Fernando. Arrancamos para el sector del medio pasando cerca de la punta Melón Gil y tomando como referencia el Monte Cuadrado. Tras encarnar una sola mojarrita por anzuelo en brazoladas que no superaban los 20 cm, arrojamos las líneas al agua y –créanme– al instante Fernando clavó un soberbio pejerrey en la primera boya e, inmediatamente después, Mauro otro buen ejemplar mientras yo miraba, preparaba la cámara fotográfica y me acomodaba para vivir la experiencia.
Bueno... Fueron los únicos dos pescados que salieron en este lugar, cuando ya pensábamos que hacíamos la cuota ahí. Así que decidimos movernos hacia Chiozza. Una leve brisa había comenzado a levantarse y en este punto pescamos varios más, no muy grandes pero todos superaban la medida mínima de 25 cm de largo. No conformes, navegamos otro ratito en dirección a Palo 1, pero siempre pescando en el centro de la laguna.
Primeros piques 4f325m
Líneas al agua y está vez me toco a mí: usaba un aparejo de boyas Critero 08 españolas. La del medio, sin levantar el palito, empezó a desplazarse de un lado para otro pero muy lentamente. Cuando me sentí decidido, cerré el pick up del reel y con un cañazo certero me di cuenta de que se trataba de un ejemplar muy bueno, y así fue. Tras unos minutos de combate logramos copear un matungo que rondaba el kilo y medio de peso. ¡Tremendo! Había mucha alegría sobre la embarcación y hasta le dedicamos un tiempo a comparar esta pieza con los otros pejes ya pescados.
Ojo: también debo decir que los dientudos estaban a la orden del día, rompiéndonos todas las carnadas y volviéndonos locos con esos piques inclavables. El viento se moría y la laguna volvía a plancharse, por lo que decidimos navegar hacia la zona de los laberintos, para pescarlos del lado de afuera. Llegamos, encarnamos y aparejos al agua en dirección a una espesa pared de juncos. Las líneas casi cayeron hundidas y apenas el aparejo tocó el agua, los dientudos se hicieron un festín con nuestras mojarritas. Agua quieta, cero viento, poca profundidad y juncos es sinónimo de haber encontrado la casa de los dientudos.
Otra vez nos movimos hacia el centro del espejo y, sin siquiera tirar el ancla, comenzamos con los lanzamientos hacia todas las direcciones. El primero que acusó un buen pique fue Mauro, quien dejó desplazar la boya casi un metro en un claro pique de pejerrey. Clavó con certeza, se produjo una espuma blanca en la superficie y enseguida otro de los buenos pejerreyes a bordo. Picaron tres o cuatro más de buen tamaño y se cortó. Realmente ya hacía mucho calor, teníamos la pesca realizada, estaba el pescado de la foto y había que volver a casa, así que decidimos emprender el regreso. Sin duda, el trofeo de nuestras vidas está navegando en algún sector de la Salada de Madariaga. Así que bien vale una visit
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