Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

Desde El Bolsón, cómo es el trekking de ascenso al cerro Piltriquitrón. Noche en el refugio de montaña y alojamiento en el hostel El Mirador. Foto: Marcelo Ferro 2r1i3f

TREKKING

Cumbre en el Piltriquitrón... o cómo tocar las nubes de El Bolsón 2z586n

Trekking de ascenso al cerro rionegrino más importante de la Comarca Andina. Dónde alojarse para iniciar la experiencia. Metro a metro, todos los detalles para llegar a la cima y pasar inolvidables momentos en el refugio ubicado a 1.500 msnm. 372av

Por Marcelo Ferro 2135a

Son 2.269 metros sobre en nivel del mar, aunque en realidad saliendo desde la plataforma del cerro ascendemos entre 1.000 y 1.100 de desnivel positivo sobre un plano inclinado de 4,90 km de longitud zigzagueante que oscila entre los 25 y 60 grados ahí nomás de la cumbre, donde la trepada se pone tan áspera que conviene utilizar guantes de escalada y guardar los bastones de trekking, tan necesarios en la caminata hasta este momento.

Estamos hablando de cómo es llegar a la cima del cerro Piltriquitrón, ese majestuoso guardián de piedra que se eleva imponente sobre la ciudad de El Bolsón, Río Negro, corazón de la Comarca Andina del Paralelo 42, en la coordenada -41.9854, -71.4597,  y que es mucho más que una montaña: es un símbolo de la Patagonia, un desafío para los aventureros y un balcón natural con vistas inolvidables al valle del pueblo El Bolsón, Lago Puelo, y los cerros Tres Picos y Tronador (Bariloche). Incluso, al volcán Osorno (Chile) cuando los días se presentan despejados.

Un sitio conocido por su intensa energía y –según las creencias populares– por sus leyendas de seres mitológicos y fenómenos paranormales. Un cerro cuyo nombre proviene del mapudungún: “pil”, roca; “tron”, nubes; y cuya intrincada pronunciación Piltriquitrón (los lugareños lo apodan Piltri) significa “colgado de las nubes”, en clara alusión a los cúmulos neblinosos que suelen rodearlo.

Inicio del trekking a la cumbre 2n113a

La experiencia real de la aventura comienza en el hostel El Mirador (foto debajo), el único ubicado estratégicamente sobre la ladera el cerro, en el barrio de Villa Turismo, base elegida por muchos trotamundos. En la mesa conviven el inglés, el alemán, el francés, el portugués y algún otro argot cuyo origen desconozco, ya que El Bolsón es considerada la Capital Sudamericana de los Refugios de Montaña. Los sonidos se entremezclan con el aroma a tostadas, mermeladas caseras y café recién elaborado del desayuno. Quienes compartieron habitación mantienen una conversación más fluida. Los que optamos por la habitación privada nos sumamos a la charla sin problema. El tópico es casi único: la cumbre del Piltri. Algunos ya la conquistaron. Otros vamos a intentarla y estamos ávidos de curiosidad.

Momentos antes de partir repasamos la mochila: remera, medias y buzo de polar de recambio, guantes, cuello tipo Buff, gorro, anteojos de sol, bolsa de dormir para baja temperatura, bastones de trekking, power bank, celular (casi todo el trayecto hay 4G), linterna, agua (en el camino se puede recargar desde una vertiente), termo, mate, algo de fruta, barritas de cereal, chocolate… y al hombro los 12 kilos que acusa todo este mínimo equipamiento.

Para no cansarnos, hasta la plataforma ubicada a unos 8 km y a 1.200 msnm optamos por tomar un transfer. A partir de allí todo es a pie y en subida. El angosto sendero discurre a través de un colorido monte dorado de lengas y cipreses sobre la ladera oeste del cerro. Primera parada: el Bosque Tallado (@bosquetallado, WhatsApp: 54 9 2944 909004), un museo a cielo abierto con más de 50 esculturas cinceladas sobre árboles secos. Desde un duende hasta un ciervo, pasando por una esquiadora (“Lenga, la diosa del Piltri”) y figuras abstractas. Hay también un puesto donde reaprovisionar agua caliente y algunas vituallas caseras recién horneadas. Sólo transcurrieron 45’ y 200 m de desnivel.

Seguimos subiendo: ahora la meta es el refugio del Piltriquitrón –a 1.500 msnm; WP: -41.96896, -71.47025– donde pasaremos la noche. El gradiente es empinado y las raíces a flor del suelo obligan a prestar atención. Media hora bastó para estar disfrutando de un café con tortas fritas calentitas junto a Esteban Pascual, uno de los encargados de este albergue pionero de la comarca que alguna vez funcionó como centro de esquí y que hoy ofrece servicios de pernocte para hasta 30 personas (con colchones, frazadas y almohadas), comida casera, baños secos y un sitio para acampar.

Su mística es la clave de la atracción, no sólo por tratarse de un balcón panorámico, sino por la propia calidez que irradia, producto de las charlas que allí se suscitan, de los personajes que lo habitan, del fuego de su salamandra y de la gastronomía finamente elaborada, como el vacío al horno con papas asadas pintado por el brillo de la luna llena que asomaba por el filo de la montaña y se colaba por la ventana.

Amanece en el refugio del Piltriquitrón a5s24

El despertador sonó a las 7, desayunamos a las 8 (café italiano + tostón con aceite de oliva, huevos revueltos y jamón crudo), y media hora después ya estábamos en marcha con lo indispensable para atacar la cumbre y regresar a almorzar pizza de masa madre y roquefort en el refu. Tras registrarnos en una planilla de control, el consejo de nuestro compañero Mario Battiti (dueño del hostel El Mirador y gran conocedor de esta montaña) fue caminar al estilo de los desafíos infantiles “pan-queso-pan-queso”.

El ángulo se calcula por trigonometría: 760 m de desnivel, 3.200 m de recorrido, igual 14º de pendiente casi constante (llegando a la cumbre se vuelve más abrupta). La física es infalible, se siente en las piernas y en los pulmones. Alrededor sólo el silencio interrumpido por alguna brisa intempestiva. Por dentro, los latidos del corazón reverberando en los oídos. Conquistamos la cumbre a las 11 de la mañana. Nos abrazamos. Tomamos unos mates. Dejamos nuestro testimonio en el monolito metálico que la habita y emprendimos el descenso. La física abandonaba los pulmones y jugaba ahora con nuestras rodillas. Ya no importaba: habíamos logrado vencer la cima del Piltri, “de dificultad media-alta, apta para personas con un estado físico razonable y experiencia en montaña”, según nos habían anticipado. Eramos héroes silenciosos de nuestro propio desafío, menor para algunos, gigante para nosotros.

Volar de cara al Piltri 6d2z27

Para quienes se animen, Manu Canale es uno de los referentes de los vuelos en parapente en El Bolsón, donde practica la actividad desde 1995. Cuando hay buenas condiciones climáticas despega de la ladera del cerro Piltriquitrón (1.200 msnm) llevando a los pasajeros en un biplaza durante unos 20 minutos hasta que aterriza abajo, próximo al pueblo. Todo dependerá de las térmicas que permitan ascender, pero el tiempo estimado de vuelo es ese, aunque la preparación total es de dos horas, ya que la empresa pasa a buscar a los pasajeros por el lugar donde se encuentran alojados, los lleva hasta el cerro, los equipa y, finalizado el vuelo, los regresa al alojamiento. Otra de las posibilidades, sobre todo en invierno, es despegar desde el cerro Perito Moreno, próximo al centro de esquí, siempre desde altura corriendo ladera abajo. Sin duda, otra forma de observar lo que significa conquistar el Piltriquitrón.

Dónde alojarse: El Mirador, Hostel de Montaña: “Tu casa lejos de casa”, subida 3 Cipreses 2448, Villa Turismo, El Bolsón. Casa de 300 m2 con todas las comodidades en 3 ha de bosque. IG: @elmiradorhostel FB: hostelmirador  | Web: elmiradorhostel.com  | WhatsApp: (+549) 2944 680187  | Tel.: (02944) 498844. Habitaciones individuales y compartidas con baño privado, hamacas para relax, mirador privado. Facilities y comodidades para aventureros de montaña. Desayuno de campo, ropa de cama, toallas y jabón de tocador, plancha, guardarropa, Wi-Fi, duchas las 24 hs, estacionamiento dentro del predio; parrilla y disco, sector de lavadero de ropa, cocina completa, mapas y folletería de la zona.

Refugio del Piltriquitrón: Tel.: (+54 2944) 120310 | IG: @piltriquitronrefugio

Transfers: Martín Ortiz Travels, WA: (+549) 2944 519757. IG: @martinortiz.travels

Parapente: Cel.: (02944) 896826 / (02944) 707818. Instagram: @parapenteelbolson. La empresa cuenta con seguros y 6 pilotos biplaza para realizar la actividad todo el año.

En esta Nota 6w3y1f