Los GPS cambiaron la forma en la que viajamos. Tal vez sea más adecuado decir que la mejoraron, o que la llevaron a otro nivel. En todos los casos, se han vuelto compañeros inseparables de la cartografía en papel y del intercambio de experiencias. Tanto que hasta los usamos en la ciudad en circuitos en los que solemos movernos. Pero tenían un problema –¡siempre aparece uno!– que en la Argentina no se resolvía con una actualización: no podían ofrecernos información sobre imprevistos, cortes de calles o inconvenientes de tráfico particulares.

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La navegación social viene a resolver ese problema. Con ayuda de Internet, ahora se conectan a redes sociales y obtienen información de otros s que hayan hecho el mismo recorrido y actualizan –en una capa de datos que llamaremos social– la información instantánea. Esta opción nos ahorra cualquier imprevisto, y nos permite elegir caminos alternativos o, directamente, repensar itinerarios.
En las líneas que siguen mostramos dos grandes exponentes de la nueva navegación social. Uno es una aplicación que se instala en nuestro teléfono o tablet; el otro es un dispositivo de hardware que se conecta vía Bluetooth a la conexión del teléfono. Ambos, claro, son dependientes de la conectividad a Internet para analizar la capa social.
El sistema Waze
Cuando una publicidad indica que un teléfono tiene GPS se refiere a que, en efecto, el equipo cuenta con un dispositivo de geolocalización. Pero lo que no suele decir es que además el teléfono incluye una aplicación de mapas –Google Maps, Bing Maps, iMaps, Mapas de Nokia– que es la que utilizamos como interfaz. Esa aplicación puede resultarnos suficiente, pero debemos tener en claro que es posible cambiar por Waze (https://www.waze.com/es//): el sistema de navegación social para Android, iOS y Windows Phone.
Waze tiene la curiosa particularidad de estar legitimada por una lucha de gigantes. Tan buena resulta, y tan utilizada es en el Hemisferio Norte –tiene, al día de hoy, más de 50 millones de s activos– que tanto Facebook como Google quieren comprarla. La última oferta alcanzó los 1.000 millones de dólares, precio que Mark Zuckerberg pagó por Instagram en 2012.
Una vez que la instalemos en nuestro teléfono o Ipad e iniciemos sesión, la herramienta nos permitirá conectarnos a Twitter, Facebook y Foursquare. Además de utilizar nuestro GPS para sumar información al mapa general y establecer velocidades de desplazamiento, podemos siempre compartir actualizaciones de estado y alertar sobre imprevistos. Por ejemplo, es común que los s tuiteen “Embotellamiento grave” o “Accidente” para agregar información a una ruta congestionada. En ambos casos estamos empleando la capa social de información, a fin de componer el mapa de tráfico con los datos de todos los GPS en funcionamiento que la aplicación detecta. A ellos se suman los datos de las redes sociales, para agregar información sobre problemas. Si no estamos seguros de cuánto Waze puede mejorar nuestro día podemos probarla en vivo en https://www.waze.com/es/livemap. Allí tendremos la posibilidad de ver el mapa global y chequear cuán efectiva resulta.
Nota publicada en la edición 497 de Weekend, febrero de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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