Increíble: un niño de 7 años encontró restos restos fósiles de un animal prehistórico en Tucumán 3o814

Tras las intensas tormentas que el pasado fin de semana castigaron al pequeño pueblo tucumano de Burruyacú, ubicado a casi 67 km. al noreste de la capital provincial, el rio Tajmarar recuperó su cauce habitual, dejando a la luz restos fósiles de un milenario gliptodonte que fueron descubiertos, por azar, por un niño de tan solo 7 años.

El inesperado hallazgo protagonizado por Erik Díaz tuvo lugar mientras el niño se encontraba siguiendo a los caballos de la finca en la que trabaja su padre, Sergio, que se habían desviado de su recorrido habitual,

Fue así, que mientras intentaba hacerlos regresar a la ruta correcta, sorpresivamente, se encontró con una pared de arcilla roja de la que asomaban unos extraños huesos que despertaron su curiosidad.

Tras darle la noticia a su padre e intentar en vano extraerlos con sus manos, llamaron al dueño de la finca para contarle que creían haber encontrado restos de un dinosaurio en su propiedad. 

“Le pedí a mi papá que lo saquemos para llevarlo a la escuela porque la seño nunca había visto uno y ahí no tenemos dinosaurios. Los tres (con mi mamá, Brisa) estábamos mojados y sucios por quitar el dino”, comentó Díaz, en una entrevista con Diario Cuarto Poder de Tucumán.

Al día siguiente del hallazgo, Erik concurrió a la Escuela Doctor Benjamín Paz con unos pequeños fragmentos fósiles para mostrárselos a sus compañeros, a su maestra y a Nuria Monserrat Foix, la directora del establecimiento, quien, rápidamente, se puso en o con el Instituto Miguel Lillo para ponerlos al tanto de la situación.

Así fue que, si bien los profesionales determinaron que los huesos correspondían a un gliptdonte milenario, reconocieron que, para terminar de confirmarlo fehacientemente tenían que extraer el resto de los huesos que estaban ocultos en la finca.

Además, quieren confirmar si se trata del mismo espécimen que se encontró. en esa zona. en octubre de 2021. “En un área cercana a la ubicación actual, en octubre de 2021, extrajimos algunos fragmentos de la coraza de un gliptodonte. Sin embargo, por aquel entonces hubo partes que fueron imposibles de rescatar porque se encontraban en una barranca con una inclinación vertical muy pronunciada y había riesgo de desplazamiento ante cualquier movimiento brusco”, explicó el paleontólogo Pablo Ortiz, curador de la colección de Paleontología de Vertebrados de la Fundación Miguel Lillo.

“Ahora, debemos determinar si se trata del mismo espécimen u otro. Igualmente, cabe recordar que en ambos casos la ley establece que una vez que se retiran del lugar los fósiles deben ir sí o sí a una colección científica pública. En Tucumán, por ahora nosotros somos los únicos que disponemos de esas condiciones”, concluyó el especialista.