Grandes tarariras desafiando las heladas de San Pedro 3s6q64

Desde hace bastante tiempo a esta parte se viene hablando en el mundo del cambio climático y el comportamiento de los seres vivientes que van cambiando o modificando sus hábitos, sea por adaptación y/o supervivencia. En el ámbito de la pesca deportiva, un hecho inusual llamó nuestra atención: a mediados de junio. Néstor Burí, referente de la zona de San Pedro, por el norte bonaerense, realizó excepcionales capturas de tarariras de gran tamaño, un evento sin precedentes en esta época del año, coincidiendo con las primeras heladas.

Casi un mes pasó aproximadamente desde el cambio de temperatura, y Buri, en su zona de influencia, como son las Lechiguanas, disfruta de estos piques. En las entradas y dentro de las lagunas ya se enfrió demasiado y no están picando, pero sí en el arroyo Sepultura cuando está crecido, ya que sus aguas suben y bajan y las zanjitas están llenas de agua. Lo mejor se da los días soleados, y lo más llamativo es que no con carnada natural como podría suponerse, sino con artificiales, específicamente con señuelos duros y ranitas anti enganches lastradas con cucharitas adelante. Los equipos, según nos decía Buri, son los tradicionales para esta especie, sin olvidar las gomas, tan usadas por estos tiempos, con anzuelos offset. 

San Pedro, originalmente fundada como Rincón de San Pedro Dávila de los Arrecifes, se encuentra en la margen derecha del río Paraná junto a la desembocadura del río Arrecifes sobre el mencionado río. Se trata de un punto de encuentro para especies de verano y de invierno que nos darán la chance de elegir el programa de pesca a gusto del aficionado. Junto a estas tarariras, estará la posibilidad de tentar en la misma jornada flechas de plata o dar con dorados, entre otras alternativas que nos brinda un excepcional pesquero que vive una de las mejores temporadas tarucheras de los últimos años. 

A 164 km de Buenos Aires y a 141 km de Rosario, ambas por la Autopista Buenos Aires, es una magnífica opción a pesar que la mayoría de los cañófilos le apuntan al pejerrey en estos tiempos, pero un tiempito más bien vale la pena sacarse el gusto con grandes tarariras en medio de la escarcha y las heladas, como una experiencia no muy común para este junio que ya hace sentir el otoño y el cercano invierno.