Dogo argentino: ¿son tan feroces como parecen? 3v2g23

A pesar de formar parte de las 17 razas de Perros  Potencialmente Peligros por la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y contra lo que muchos suponen, el dogo argentino es un perro ideal para tener en el hogar ya que es un fiel compañero y posee muchas cualidades que son muy poco conocidas por la mayoría de las personas que lo ven como a un perro asesino.

Su origen no es fruto de la casualidad ya que fue el médico cordobés Antonio Nores Martínez quien, en la  década del 40 y tras varios cruces, finalmente logró crear el dogo argentino con el objetivo de convertirlo en un infalible cazador de animales grandes y depredadores destructivos que en esos momentos se encontraban muy presentes en el país, como los jabalíes y los zorros .

Si bien podría  decirse que la base del dogo argentino se encuentra en el bullterrier y en el bulldog -ambas razas importadas a la Argentina por viajeros ingleses-, también puede rastrearse su linaje en razas provenientes de España como el alano y el mastín español.

De acuerdo al American Kennel Club, “es un animal de caza en grupo, acostumbrado a correr a otros animales, desde jabalíes, pasando por zorros y pecaríes, hasta peligrosos pumas, y posee la fuerza, la inteligencia y la capacidad de respuesta rápida de un atleta profesional”.

Además, dicho registro internacional lo cataloga como una raza amigable, alegre y humilde ya que “pueden ser entrenados fácilmente para que se conviertan en excelentes perros lazarillos, perros policía o como animales de rescate en distintas situaciones y escenarios, ya que cuentan con todas las condiciones para ello”.

Para que el dogo argentino fuese reconocido como raza tuvieron que pasar casi 30 años desde su creación ya que fue en 1968 cuando la Federación Cinológica Argentina (FCA) lo reconoció oficialmente como  una nueva clase de perros.     

Principales características del dogo argentino 3g4g6r

El dogo argentino es fácilmente identificable tanto gracias a su bata corta y totalmente blanca –aunque también se pueden encontrar muchos ejemplares con manchas marrones-, como, así también, por su cabeza que le da un sello único, en tanto que el tamaño desde el hueso de la ceja hasta la punta de la nariz tiene la misma longitud que la medida desde el hueso de la ceja hasta el occipucio.

Estas proporciones fueron diseñadas especialmente para dotarlo con una boca lo suficientemente grande y un mordisco poderoso como para sostener a sus presas.

En cuanto a su personalidad, son perros muy cariñosos aunque bastante tozudos, por lo que es fundamental educarlos  y sociabilizarlos desde cachorros, porque si no pueden hacerse muy inseguros y tener comportamientos peligrosos a la hora de sentirse atacados o que atacan a sus dueños.  Suelen vivir entre unos 10 a 12 años, su peso ronda los 50 kilos y, si bien por lo general son perros que gozan de muy buena salud, a medida que van llegando a su vejez, pueden desarrollar serios problemas de cadera, sordera, y de piel, por lo que hay que estar muy atentos a su salud.

Debido a sus características físicas en muchos países del mundo se requiere tener un permiso especial, al tiempo que en varios su tenencia está expresamente prohibida por ley, como sucede en Australia, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda, Rumania y en Ucrania.

 “Le he expresado a mi propia gente mi última voluntad, que es morir con un dogo argentino debajo de mi cama. Tener mi tumba, en la soledad de los Andes, cubierta solo con una tosca cruz, y la figura vigilante de un dogo custodiando mi sueño eterno. Han compartido conmigo cada instante de mi convulsa vida, y es mi deseo que sean mi compañía en mi lugar de descanso final”, escribió Nores Martínez, el creador del dogo argentino, muy pocos meses antes de morir, el 17 de octubre de 1978, a los 69 años de edad.

Por eso, a la hora de incorporar un dogo argentino a la familia, lo mejor es comprarlo en criaderos certificados y de cachorros para facilitar su adaptación, integración y socialización a su nuevo hogar.